
El tema del exceso de ejercicio es bien escuchado en las áreas de entrenamiento, principalmente por los profesionales entrenadores y preparadores físicos.
Pero aunque se habla mucho, aún no está bien claro, ni establecido como tal una definición.
Ya que unos lo consideran peligroso para el atleta y otros como una variable más de su entrenamiento como apoyo de adaptación a la exigencia física.
Asker Jeukendrup NOS COMPARTE
una revisión de artículos dedicados a este tema donde se abordan, síntomas, medidas de prevención.
Nos comenta que el sobreentrenamiento puede ser catalogado como “el trabajo que es sometido un atleta con una disminución del rendimiento, debido a la disminución de la recuperación”. Además los síntomas son muy variables entre individuos por lo que también limita el diagnóstico de este.

DIFERENCIA ENTRE FATIGA Y SOBREENTRENAMIENTO
Muchas veces se confunde la fatiga con el sobreentrenamiento, pero a diferencia la fatiga que es la disminución del
rendimiento esta se puede revertir con pocas horas de descanso la fatiga severa puede tardar de 24 a 48 horas.
En cambio el sobreentrenamiento es un lado patológico donde la dificultad por recuperarse es mayor y el atleta puede
verse forzado a finalizar la temporada competitiva o hasta su carrera.
Existe gran cantidad de información sobre las causas de la fatiga, tanto a nivel muscular como a nivel cerebral y está claro que la fatiga es un fenómeno multifacético que se puede prevenir
Los estudios controlados que midieron el rendimiento, sobre los atletas son contados con los dedos de la palma de la
mano, y de estos la mayoría está llena de información anecdótica así como de teorías que realmente no nos ayudan a llegar a una conclusión.
cuando se les pregunta a los atletas si realmente han sido entrenados de manera exagerada durante su carrera algunos contestan que sí, pero no fue demasiado como para que les costara su carrera profesional.
Es por eso que Asker Jeukendrup, se pregunta si realmente existe el sobreentrenamiento.
Fuente:
- Halson & Jeukendrup Sports Med. 2004; 34 (14): 967-81
- Meeusen et al MSSE 2013 45 (1): 186-205
